“La formación de talento es un proceso sistemático en el que se modifica el comportamiento, los conocimientos y la motivación con el fin de mejorar la relación entre las capacidades y competencias de las personas y los requerimientos y exigencias de alguna actividad o profesión”.
Es indudable que tanto las personas, como las organizaciones y por supuesto la academia estamos de acuerdo en que la formación es fundamental, pero en estos tiempos de cambios acelerados, en lo que todavía no nos ponemos de acuerdo, es en el qué y en el cómo.
Hoy las tecnologías de la información avanzan a una velocidad que nunca hubiéramos considerado, han provocado que los procesos de formación de las personas sean hoy por hoy “mejores” y hasta “más sencillos”. Esto lo ponemos entrecomillado, ya que vemos que nadie estamos preparados para ello. Hoy las personas en muchos casos aprendemos a hacer cosas a través de tutoriales, que van desde cómo preparar una receta de cocina o fabricar una mesa, hasta como arreglar un motor de avión o fabricar una tarjeta de video para una computadora. Hoy la tecnología nos permite poder cursar desde la preparatoria hasta lograr un doctorado o hacer una especialización en otro país. La pregunta es, ¿cuál es la calidad con la que finalmente estos profesionistas van a integrarse al mercado laboral ya sea a través de sus propios proyectos empresariales o integrándose como parte del equipo de una empresa? Por otro lado, las habilidades que están desarrollando los estudiantes son enfocadas prácticamente en todos los casos meramente a temas de canales digitales, o sea al manejo de un simple canal de comunicación (o comercialización) y mientras no entendamos que para ser un buen estratega hay que entender primero el por qué, el cómo y el cuándo de las cosas. Esto nos lleva directamente a la Mercadología que no es una “técnica”, sino una ciencia y como tal hay que abordarla y también que hay que profundizar y entender que esta actividad es transversal en cualquier organización, empresa o proyecto y por ello para poder desarrollar estrategias de comunicación con sentido, debemos ser además expertos en sociología, economía, pedagogía, finanzas, psicología y en un largo etc., ya que para llegar al público adecuado en el momento adecuado y provocar una acción particular, debemos saber que atrás de eso hay un proceso de producción ya sea de un bien o un servicio que debe estar alienado a los objetivos de la empresa, proyecto u organización.
Esta falta de visión tanto de quienes solicitan, como de quienes forman, ha provocado particularmente en las generaciones que están entrando hoy en día a una educación superior, particularmente los “centenials” que al no tener la capacidad económica como la que tenían los “millennials”, para poder ingresar a una universidad particular, se estén atiborrando en las puertas de las universidades públicas, lo que provoca que al no poder ingresar todos, los que quedan fuera tomen la opción de intentarlo en una universidad “patito” que lo único que busca es quitarles su dinero sin un afán de formarlos en tal o cual profesión, generando profesionistas que finalmente, no saben hacer nada.
Por otro lado, específicamente en las universidades vemos dos temas, el primero y que puede ser el más sencillo, o menos complicado, todo depende de cómo se le aborde, es que los programas siguen estando desvinculados de la realidad que el estudiante encuentra al momento de comenzar a laborar, el otro que es un poco más complejo, los académicos en su mayoría, tampoco han estado en un ámbito laboral-profesional, lo que aunado a lo anterior, provoca el utilizar conceptos y formas que o nunca fueron utilizados o ya quedaron en el olvido.
Y por último el tercer componente en este triángulo, son las organizaciones ya sean empresariales, sociales u ONG´s, que en cualquiera de los casos requieren profesionales en comunicación estratégica y que tampoco entienden cuál es la función de un departamento de mercadología, que debiera definir como ya dijimos, de manera “transversal” la operación completa de dichas organizaciones. Debiera ser la batuta con la que se marcara el ritmo, desde las áreas de recursos humanos, pasando por producción y no se diga finanzas y sistemas.
Para la Comunicación Estratégica, es importante considerar que no importa que es lo que estés tratando de transmitir, promover, propagandear comercializar, ya sea un bien, un servicio, un gobierno, una idea ambiental o buscar el apoyo para una causa social, todas tienen los mismos componentes, todos son un “algo” son un ente que hay que poner en la palestra, que hay que construir en forma de idea para que quien recibe el vector de comunicación logre, primero que nada, reconocerlo, después entenderlo, luego identificarse con ello y por ultimo tomar alguna acción, y claro que siempre tome la que nosotros buscamos que tome.
En BIS Brand Services, el tratamiento estratégico se aborda a través de un mismo proceso, a través de un sistema en donde cada proyecto cuenta con metas y objetivos distintos, pero siempre buscando un resultado efectivo y permanente. Te invitamos a seguir platicando saber el tema, a través de nuestras redes sociales.